jueves, 23 de septiembre de 2010

El centenario del reloj de Pachuca: imágenes que explican una vida cívica




El pasado 15 de septiembre se llevó a cabo el aniversario número 100 del reloj monumental de Pachuca, incluso en la invitación electrónica que se me hizo llegar tenía como asunto "El evento más importante en 100 años" no pude negarme a tal convocatoria. Me di cita en el día y hora indicados, debo confesar que mi imaginación me jugó una broma, sinceramente pensé que si hace 100 años la inaguración de este símbolo cívico había originado una serie de sentimientos patrióticos derivados a su vez del aniversario de la independencia, en esta ocasión el motivo era doble, pues el propio reloj se ha convertido en emblema de la capital hidalguense con todo el simbolismo que este conlleva. Pero en ni en el evento "exclusivo" ni en el "popular" pude percibir que los festejos del siglo XX llevaran a la reflexión sobre la identidad nacional o mejor aun sobre la identidad hidalguense, al final terminó siendo "pan y circo" con el inconveniente de que ahora llegamos mal preparados a las conmemoraciones y con un montón de obras "en proceso" porque en realidad no se ajustaron a un calendario festivo sino más bien a un calendario electoral.

Conocido con el nombre de “Reloj de Pachuca”, el Monumento a la Independencia fue construido en el período de  tiempo comprendido entre los años 1904 a 1910, respondiendo a un concurso para construir un monumento dedicado a conmemorar la Independencia, la idea de un reloj fue muy bien acogida porque se decía que de ese modo "tendría una utilidad para el pueblo", tal vez aplica lo que comenta Attali en sus Historias del tiempo a propósito de los relojes modernos "Todos y cada uno deben vivir en horas idénticas o, en todo caso, coherentes entre sí...Cuando se impone el Tiempo de las Máquinas, cuando el trabajo se paga por hora, no puede uno conformarse con relojes regulados aproximadamente, en cada ciudad, por el movimiento del Sol o por el de la arena; se requiere que sea dada la hora por un patrón común...Es necesario que primero se dé a todos el tiempo y luego que cada quien lo adquiera." (*)


El concurso para diseñar el Reloj fue ganado por el arquitecto Tomás Cordero y Osio, representante de la corriente neoclásica. Cordero se titutló en 1895 en la Escuela Nacional de Bellas Artes, además del Reloj de Pachuca construyó el Salón de Jurados en la Ciudad de México, por lo que podríamos hipotizar que tenía noción de construcciones con simbolismo jurídico. La obra civil estuvo a cargo del ingeniero Luis Carreón, Director de la Escuela de Minas en la ciudad de México y como residente de obra el ingeniero Francisco Hernández. El material utilizado para su construcción es la cantera blanca traída de Tezoantla, municipio de Mineral del Monte. El costo de la obra ascendió a trescientos mil pesos, y fue absorbido por las compañías mineras de Pachuca. El carillón del Reloj está diseñado para tocar las horas, las medias, los cuartos y el Himno Nacional.

Es evidente el estilo neoclásico del Reloj, que evoca una cultura grecolatina, de origen europeo y en cierto modo occidental, hoy el reloj choca visualmente con su entorno, tal vez el edificio que ahora es de Banamex, en su momento hotel y restaurante, pudiera ser comparsa arquitectónica de nuestro reloj, pero aunque la cotidianeidad nos lleve al olvidarnos de que ahí está el reloj, basta un segundo para darse cuenta de que es un viejo extranjero reaccionario al que hemos aprendido a querer.

El segundo nivel está coronado hacia cada uno de sus lados por acróteras que contienen distintas fechas, rematadas por una venera, que contiene una poma chica, enmarcadas en dos roleos chicos al lado de la venera y dos grandes que flanquean la fecha, las fechas coinciden con la estatua del tercer nivel coronada asu vez por el águila llamada "porfiriana", las fechas son: 1810, 1821,1857 y 1859, que corresponden a inicio de la Independencia, conclusión de la Independencia, Constitución de 1857 y Leyes de Reforma. Todas estas fechas tienen relación con el derecho público y con nuestra historia constitucional, cuestión que es reforzada por la imágen de cada escultura, la Independencia (1810) es una joven mujer desnuda del torso superior con una espada y una antorcha en cada mano; la Libertad (1821) también tiene el torso sin túnica, pero este desnudo es más bello en su composición, la mano derecha en alto sostiene el laurel de la victoria, elemento que también lleva por corona, en la izquierda lleva con indiferencia una cadena rota, la pierna izquierda adelantada sutilmente y la túnica con pliegues muy bien logrados. La Constitución (1857) con rostro grave, mirada profunda, vestida con un cinto a medio cuerpo y llevando en la mano la Carta Magna, su dedo índice de la mano derecha parece señalar el valor de lo que sostiene con la izquierda. La Reforma (1859) en cambio se le ve serena, altiva, mirando al futuro, lleva en la mano derecha un pergamino desenrollado y en la izquierda un libro apenas abierto, parece un libro usado que se ha leido mucho, que tal vez recuerda la cautela con la que se deben reformas las cosas, cubierta con una túnica, y portando una falda, parece que avanza confiada mientras se mueven los pliegues de sus ropas y su cabello ondulado.

Toda una serie de imágenes en un monumentos listas a enviar su mensaje para quien lo quiera leer, claro está cuentan con que exista una cultura de por medio y claro en un contexto que va cambiando con el tiempo.














Los cimientos del Reloj













La construcción del reloj















Detalle: Una fecha















La Independencia





















La Libertad





















La Constitución





















La Reforma




Notas
* ATTALI, Jaques Historias del tiempo, Fondo de Cultura Económica, México, 2004, p. 201.